domingo, 31 de mayo de 2020

El Gran Pat.

Pat Metheney
Con tres discos de oro y más de una decena de premios Grammy, Pat Metheny es una superestrella del Jazz y su nombre está a la par de Miles Davis, Keith Jarrett, Hervir Hanckock, Joe Zawinul y Wayne Shorter. Pero la historia de éste extraordinario guitarrista comienza en su pueblo natal, Lee's Summit, Missouri, cuando a la edad de 8 años comenzó a tocar trompeta antes de decidirse por la guitarra. A los quince sería reconocido y respetado como una leyenda local por su virtuosismo, lo que le llevó a integrarse a bandas con músicos veteranos de la escena del jazz, obteniendo así una experiencia única. 

En 1972 se mudó a Florida y con 18 años de edad se convirtió en el profesor más joven de la historia de la Universidad de Miami. En 1973 se iría Boston, específicamente a la Berklee College of Música y se convirtió en el músico más joven que haya entrado a esa institución que posteriormente le daría en 1996 el Doctorado Honoris Causa.
Metheny construyó su reputación con sus grabaciones cada vez más exigentes musicalmente y con la participación de músicos como Jaco Pastorius, Bob Moses y Lyle Mays, este último le ha acompañado por largo tiempo en varios proyectos.
Muchas han sido las opiniones sobre este guitarrista, pero particularmente al sentir su tono cálido y su fraseo que se cuela al subconciente, el sonido Metheny nos traslada a un estado de paz y de emociones que tienen un impacto significativo permitiendo apreciar la mezcla y fusión de distintas influencias como el folk, el bebop, la new age y el free jazz.

viernes, 29 de mayo de 2020

La Gran Maria.

Maria Rivas
Quiso estudiar canto en la escuela de música José Angel Lamas para irse dando a conocer en el futuro con una carrera como vocalista; pero en ese momento alguien de los instructores de la escuela le dijo: “Señorita, pierde su tiempo, tiene una voz muy blanca y nunca llegará a ser cantante”. En ese momento lloró y quiso dejarlo todo atrás. Sin embargo, el orgullo herido pudo más que el desencanto y prosiguió cultivando su voz a hurtadillas para futuros eventos. Entonces se dedicó a escuchar música brasileña cuya influencia en la década de 1980 era la moda. Tenía una moto y cargaba un walkman con un casette de Elis Regina. La admiraba tanto que se convirtió en su acompañante en moto con su inconfundible voz en la convulsionada Caracas. 
Pero las estadísticas -que siempre están allí- la incluyeron en esos números de accidentes en moto. En el hospital y convaleciente se acercó a visitarla un amigo. Pasó cuatro meses en cama y qué mejor momento para leer, escribir y escuchar música. Ese amigo no sabía que ella había perdido ese casette que desapareció en el accidente ni que ella amaba a esa cantante. Y allí estaba Elis Regina compañándole otra vez y lo interpretó como una señal. Al recuperarse tomó la decisión de rendirle un homenaje a tan grande artista brasileña. Y fue así como montó un show cantando lo mejor y exclusivo de Regina en un concierto realizado en el Ateneo de Caracas. Ese momento le consagraría en el ícono de lo que posteriormente se convirtió: una de las mejores voces del jazz en Venezuela. Ese concierto sirvió para que la contrataran por tres años en Aruba a cantar en varios shows de los hoteles, casinos y fiestas privadas de la isla. Y al terminar su residencia regresó a Caracas (1989) y comenzaría a grabar los discos que le abrieron camino a lo que ya el mundo conoce de esta extraordinaria cantante. 
María Rivas, nació el 26 de enero de 1960 en Caracas. De talento innato y de posibilidades que asombraban en sus presentaciones, siempre se mostró como una mujer que dominaba a su antojo el scat, así como la interrelación con el público que se metía en el bolsillo y que disponía del mismo para integrarlo en sus canciones, dando rienda suelta a un show ameno y de alta calidad no solo en lo musical y artístico, sino en su calidez humana. Hubo un momento en el que la aquejaron algunas dolencias físicas y ella, en ese momento, entregada más a lo espiritual y a su oficio de pintora y artista plástico, luchó en los últimos años contra una enfermedad que se la llevaría de este plano el 19 de septiembre de 2019 en Miami, EE.UU. No obstante a su ausencia física, María Rivas siempre será recordada como una de las más grandes e irremplazables cantantes del Jazz Venezolano.

jueves, 28 de mayo de 2020

The Blue Train

En el famoso álbum Blue Train (1957) de John Coltrane, hay un tema que da nombre al álbum.  En este tema, Coltrane hace un solo majestuoso. Cuentan que una estudiante de conservatorio se dedicó durante una semana a transcribir el solo que el saxofonista hacía en el tema Blue Train. Una vez, tuvo la oportunidad de conocer a este músico y le enseñó la partitura con la transcripción. Pidió a Coltrane que lo tocara y él, percatándose de que era suyo, dijo que era muy difícil, que no podía tocarlo. Esto demuestra que muchos músicos de jazz, cuando están improvisando, se van a otro mundo. También demuestra que cuando improvisas estás creando algo nuevo, no puedes reproducirlo escrito en una partitura.

martes, 26 de mayo de 2020

El Gonsalves....

Gonsalves & Ellington
La ausencia de Johnny Hodges entre 1951 y 1955 coincide con un periodo de cierta decadencia de la orquesta de Duke Ellington. Críticas negativas en Down Beat, perdida del status de mejor big band en las encuestas… Todo cambia en 1956, en una legendaria actuación en el festival de Newport. El largo solo del saxo tenor Paul Gonsalves en Diminuendo and Crescendo in Blue provoca el paroxismo en la audiencia, especialmente cuando una rubia vestida de negro salta al escenario y comienza a bailar extáticamente. En palabras de Stanley Dance: “Gonsalves representó una convincente imagen del músico de jazz poseido por la emocionante intensidad de una ferviente improvisación, propulsado por una implacable sección rítmica”.

lunes, 25 de mayo de 2020

El chasco de Miles....


Miles Davis
El inquieto trompetista Miles Davis, a mediados de los años sesenta, valoraba la introducción de instrumentos eléctricos en su conjunto. Sabiendo que su antiguo saxofonista y amigo Cannonball Adderley, actuaba una noche en Ciudad de Méjico con su grupo y que el pianista del mismo, Joe Zawinul, tocaría un teclado eléctrico, coge el avión de Nueva York a México, con la única idea de comprobar el resultado del experimento musical, con tan mala fortuna que esa noche hay un apagón en toda la ciudad y Zawinul tiene que tocar el piano acústico.  Miles protestó, cuenta Zawinul: “Oye amigo, me vine para aquí bañado y perfumado y el maldito piano no funciona”



domingo, 24 de mayo de 2020

Bill y Stan.

Bill Evans & Stan Getz
El 9 de Agosto de 1974. Bill Evans Stan Getz, en una de sus escasas conjunciones, están de gira juntos por Europa. En el festival de Jazz de Laren, Holanda, Getz anuncia al público su composición Stan´s Blues y arranca a tocar ante la estupefacta mirada de Evans, ya que se trata de un tema no previsto ni ensayado. Visiblemente molesto, este aporrea unos desganados acordes al principio, para luego callar completamente durante el resto de la ejecución. En un gesto cómplice, avisa a su amigo Eddie Gomez para que no haga ningún solo. Días mas tarde, en otra actuación en Bélgica y después de una bella interpretación conjunta de The Peacocks, Stan Getz felicita públicamente a Evans por su cumpleaños, y toca un breve “Happy Birthday” seguido de algunos compases de I´ll be loving you always. La paz queda sellada definitivamente entre los dos impresionantes músicos. – Puede deberse a una dramática ignorancia geográfica de los productores de Verve records, porque, en otro caso, sería difícil comprender que un álbum de la Big Band de Count Basie grabado en la ciudad sueca de Gothenburg, lleve el inapropiado nombre de “Basie in London”.

sábado, 23 de mayo de 2020

Asi era el Duque....

Duke Ellintong
Edward Ellington fue bautizado en su adolescencia como "Duke" (Duque), por un amigo glamoroso que vestía muy bien y siempre iba a las mejores fiestas. "Para resaltar mi compañía y amistad me dio ese título". Ellington tenía una personalidad bien particular y era muy supersticioso: no le gustaban colores como el amarillo, no regalaba ni recibía zapatos porque el receptor podía irse y no volver; temía las ventiscas y mantenía las ventanas cerradas, tenía miedo de los aviones y sólo los tomaba cuando no había otra opción; no podías entrar a su camerino comiendo maní o algo parecido ni podías silbar; no usaba un traje si se le caía un botón, no tenía reloj pero todo el tiempo quería saber qué hora era; no echaba de su orquesta a ningún músico, sino que le hacía la vida imposible o contrataba a alguien que tocara el mismo instrumento -pero mejor- y se lo ponía al lado, asi era el Duque.....

jueves, 21 de mayo de 2020

Igualdad.


El Jazz aunque fue una música que ayudó a ir contra los prejuicios raciales, porque juntó en las agrupaciones a negros y blancos, muchos directores blancos no se arriesgaban a tener negros en sus bandas, y entre los negros se veía mal que se tocara con blancos porque el jazz era música de negros.  Sonny Rollins fue criticado por tener en su grupo a Jim Hall, y Miles Davis por contratar a Bill Evans
Cuando Nat King Cole se mudó a una urbanización de blancos en Los Ángeles, los vecinos comenzaron a reunir firmas contra "vecinos indeseables". Cole pidió la lista para firmarla también porque tampoco quería vecinos indeseables. La mismísima Bessie Smith murió porque después de un accidente automovilístico fue rechazada en un hospital de blancos y en la búsqueda de otro centro asistencial se desangró.

martes, 19 de mayo de 2020

Robert y su pacto....



Robert Johnson
Robert Leroy Johnson, el undécimo hermano de una pobre familia negra, nació en Hazlehurst, al sur del estado de Mississipi. En su adolescencia, el joven no demostró la menor aptitud para los estudios, pero manifestó claramente dos intereses: la música (tocaba el arpa y la armónica, aunque como aficionado) y las mujeres.
En 1929 el muchacho, que había dejado los estudios para recoger algodón y que más de una vez debió cambiar su nombre para escapar de maridos celosos, pareció sentar cabeza. Se casó con Virginia Travis, una joven de 16 años, la cual quedó embarazada a los pocos meses. Parecía que la felicidad por fin llegaba a su vida, pero Virginia fallecería junto a su hijo recién nacido, cuando daba a luz. A partir de ese momento, Robert Johnson se transformaría en un alma errante y buscaría consuelo en el blues. En su ciudad natal se casó con una viuda adinerada, con la que tuvo un hijo, aunque ello no fue obstáculo para que viajara por el sur de Estados Unidos siguiendo a los grandes artistas del blues
El otrora mediocre músico sin talento se había convertido, de la noche a la mañana, en un verdadero maestro de la ejecución guitarrística. En ese momento comenzó a tejerse la leyenda, alimentada en parte por el mismo Johnson. Se decía que el músico había vendido su alma al diablo en el cruce de la actual autopista 61 con la 49 en Clarksdale, Mississipi, a cambio de tocar blues mejor que nadie. Johnson habría esperado en la intersección de caminos hasta medianoche con su guitarra en la mano. Luego el maligno se le habría aparecido y, tras prometerle que dominaría la guitarra como nadie, a cambio de su alma, le explicó que solamente debía deslizar las manos sobre su instrumento para interpretar el mejor blues de la historia.

Mito o realidad, lo concreto es que Robert Johnson deambuló tocando por todo el sur de Estados Unidos, como si huyera de alguien. Las letras de sus canciones alimentaban el misterio porque trataban sobre desesperación religiosa y demonios interiores. Dos de sus mayores éxitos hicieron referencia a su supuesto pacto demoníaco. “Crossroad blues”, por ejemplo, relata que los cruces de caminos son la mejor manera de encontrarse con lucifer y la letra de otro de sus éxitos, “Me and the devil blues”, dice textualmente: “Early in the morning, when you knock at my door.  I said Hello Satan, I believe it’s time to go” (“Temprano en la mañana, cuando tocas a mi puerta. Digo hola a satán, Creo que es hora de irme”).

Adios Robert.

Robert debía tocar en un local llamado “Three Forks”  pero, mujeriego impenitente como era, tuvo la mala idea de intentar seducir a la mujer del dueño de ese local. Minutos antes de comenzar su show, una botella de whisky misteriosamente abierta, llegó a su mesa.  Johnson, que por sus excesos parecía un auténtico rockstar de la época, bebió sin abrigar la menor sospecha.
En mitad del concierto el guitarrista comenzó a sentir molestias físicas. Así que paró de cantar, dejó su guitarra a un lado y salió a la calle. Estuvo perdido durante tres días y, cuando reapareció, ya estaba muerto. Había sido envenenado por la estricnina que contenía la botella de whisky. Tenía sólo 27 años, los mismos que extrañamente tendrían al morir otras grandes leyendas de la música en los años siguientes, como Brian Jones, Jim Morrison, Jimmy Hendrix, Janis Joplin, Kurt Cobain y Amy Winehouse.
Después de su muerte los mitos no cesaron. En la canción “Me and their devil blue’s” Johnson pedía ser enterrado al borde de una carretera (“you may bury my body down the highside side”) y en la actualidad existen tres tumbas que supuestamente contienen sus restos. Algunos historiadores musicales aseguran que sus amigos tomaron esta medida  para que el diablo se confundiera y no encontrara sus restos.
¿Fue Satanás en persona el que le concedió el extraordinario don musical guitarrístico a Robert Johnson? Quien sabe. Algunos aseguran que el verdadero maestro de Johnson no fue un maléfico hombre de negro que se le apareció en el cruce de las carreteras 61 y 49, sino que un músico de Alabama llamado Ike Zinnerman, que acostumbraba a tocar a la luz de la luna, encima de las lápidas de los cementerios. Lo único cierto es que Robert Johnson superó musicalmente a todos sus contemporáneos y marcó las pautas que artistas como Elmore James y Muddy Waters emplearon en el desarrollo del Rythm&Blues, movimiento básico en el origen del rock.

lunes, 18 de mayo de 2020

El vuelo de Chet.

El hotel Prins Hendrik es un modesto alojamiento frente a la estación ferroviaria de Ámsterdam. Tiene 42 habitaciones y una placa escrita en inglés junto a la puerta principal: “El trompetista y cantante Chet Baker murió aquí el 13 de mayo de 1988. Vivirá en su música para cualquiera que esté dispuesto a escucharla y sentir”. Cuando voló desde la ventana abierta del cuarto 210, en el segundo piso del Prins Hendrik, para estrellarse contra el pavimento, Baker tenía 58 años y unas cantidades nada recomendables de cocaína y heroína en la sangre. Llevaba también un largo tiempo convertido en una caricatura, desdentada y yonqui, de la leyenda artística que supo ser.   La foto del final casi no guardaba rasgos de aquel joven de aspecto despreocupado y peinado “a lo Elvis”, que había fascinado al público y a la crítica jazzera cerca de cuatro décadas antes. En opinión del empresario televisivo y compositor Steve Allen, Baker “empezó como James Dean y terminó como Charles Manson”, el conocido criminal estadounidense.

Como siempre, detrás de la breve primavera aguardaba, agazapado, un prolongado otoño. Para controlar su adicción a la heroína, Baker había comenzado a tomar metadona, que sin la intervención de su voluntad solo sabía a placebo. Una vez más en Europa se rindió al desenfreno sin ofrecer resistencia. Rebotó, errático y vencido, entre presentaciones olvidables en locales sórdidos, grabaciones intrascendentes para sellos ignotos y esporádicas visitas a Japón, donde veneraban su presente por su pasado. Todo -cualquier cosa- con tal de obtener el dinero necesario para abrir la puerta hacia otra realidad. Tuvo aún otro efímero amago de redención, a mediados de los 80, cuando registró dos o tres discos a la altura de su recuerdo, como “Chet Baker in Tokyo”, de 1987. Fue el postrero rapto de lucidez que acompaña a los moribundos. Continuó perdiéndose contratos, por presentarse a tocar o grabar en condiciones lamentables o por desaparecer sin dejar huellas; fue y volvió de Europa a Japón y los Estados Unidos; grabó con Elvis Costello y puso su rostro demacrado ante las cámaras, para un documental que no llegaría a ver jamás. Se le atravesó Ámsterdam, uno de los paraísos yonquis de los 80. Y cayó por la ventana del segundo piso de su hotel, a las 3 de la madrugada, sin testigos, sin violencia. Casi sin ruido; como el suspiro de su trompeta asordinada. “Muerte accidental”, concluyeron los peritos. Un accidente que se labró, con paciencia de orfebre, durante más de 35 años de jeringuillas y piquetes. Dos semanas antes de su vuelo final en Holanda, Chet Baker tocó en las calles de Roma, a la gorra, como cualquier joven que busca su lugar en la música. Necesitaba algo de efectivo para lo de siempre. Incluyó en el repertorio callejero una de sus preferidas: “Let’s get lost” (Perdámonos). “Perdámonos, dejemos que envíen las alarmas / y aunque piensen mal de nosotros / digámosle al mundo que estamos locos. / Derritámonos en una bruma romántica / tachémonos de la lista de todos / para celebrar que esta noche nos encontramos, perdámonos”. Bien mirado, ese día le cantó su adiós definitivo a la heroína.

domingo, 17 de mayo de 2020

Adiós, Janis.

Janis Joplin
Era diferente o vivió en una época que no le correspondía. Nacida en una familia tradicional, se sentía fuera de sitio. No había comunicación, y encontró a otros que hablaban su mismo lenguaje; por ellos conoció el blues, y a los 16 años decidió que su camino era el canto. La voz de Janis Joplin alcanzaba tonos graves similares a los de los cantantes afroamericanos. Cantaba con una entrega que dolía. En cada interpretación se fundía con las notas, los sonidos, los compases; los sufría, los saboreaba, se fusionaba con ellos.

En busca de oportunidades y de libertad se fue a San Francisco y tuvo su primer escarceo con las drogas, en especial con la heroína, aunque también empleó speed y anfetaminas. Se unió a la Big Brother and the Holding Company Band. Con ellos se presentó en el Monterey Pop Festival en 1967 y dejó a la audiencia impresionada por su entrega en la interpretación y la fuerza de su voz. Era tal el poder de su presencia escénica que el resto de la banda se difuminaba, y con el tiempo esto trajo tensiones internas. A causa de la presión cayó nuevamente en la fatua tranquilidad de la heroína, y sus efectos no se hicieron esperar: en las entrevistas hablaba sin control, y dejaba aflorar sus sentimientos y su vida. Tras algunos intentos dejó esta droga por un tiempo, pero el alcohol ocupó su lugar.

En 1970, durante la grabación de su álbum Pearl -que se publicó postumo e incluye algunos de sus mayores éxitos, como "Me and Bobby McGee", "Mercedes Benz", "Cry baby"-, Janis se enteró de que su prometido, Seth Morgan, la estaba pasando bien con unas amigas que acababa de conocer, y por ello no la había visitado la noche anterior. Ella regresó sola a su hotel, y por la mañana no apareció en el estudio de grabación. Se preocuparon por ella; entonces su representante fue a su buscarla y vio su Porsche en el estacionamiento del hotel. Al entrar a la habitación la encontraron muerta. La causa oficial de su muerte fue una sobredosis de heroína; pero la no oficial, un corazón destrozado. Dejó de existir una de las voces más impactantes de los años sesenta y una mujer que se atrevió a ser diferente. Adiós a la pequeña niña triste, adiós a Janis.

sábado, 16 de mayo de 2020

El mal viaje de Bird.

Charlie Parker
Estaba en el Club Reno, en Kansas City, escuchando extasiado la interpretación de la banda de Basie y con el deseo de integrase a ella. Charlie Parker, con sus 16 años, no tenía la habilidad para hacer los cambios de tonalidad de mayor a menor que se le pedían, o para pasar de un acorde a otro, y menos para improvisar. El baterista de la banda, Jo Jones, le aventó un platillo a los pies con la intención de correrlo, y Parker se sintió tan enojado y humillado que tomó la decisión de que eso nunca le volvería a ocurrir.

Se buscó un trabajo con una banda que acompañaba sesiones de baile -la banda de Ozarks-, y cada vez que tenía un momento libre practicaba y volvía a practicar, y escuchaba una y otra vez los discos de sus ídolos. Al igual que otros jazzistas, Bird aprendió por su cuenta a dominar el saxofón. Repetía una y otra vez cada melodía hasta que la hacía suya; la tocaba de varias maneras, la digería y la rehacía. Su pasión por la música lo llevaba a la práctica continua, lo que lo condujo a desentrañar los secretos más profundos del saxofón, al que hacía hablar en un lenguaje que le era comprensible a él y al público que lo escuchaba.

Sus sonidos eran únicos, jugaba con las notas y con los acordes e incursionó en el empleo de diversos materiales para modificar el sonido de su instrumento. Utilizó varios saxofones y uno de ellos fue hecho especialmente para él. Ese ya no lo vendió ni lo perdió ni lo cambió... ya no corrió la suerte de aquellos que se convirtieron en heroína, su vieja acompañante, que no lo dejó solo desde su adolescencia hasta los últimos años de su corta vida. Su adición inició a los 15 años, comenzó con nuez moscada, que después cambió por bencedrina, la que le permitía tocar varias noches seguidas sin dormir, y luego llegó la heroína, que lo llevó por el sendero del sueño eterno.

viernes, 15 de mayo de 2020

Nuevo Capitulo del Podcast.



Ya pueden escuchar el nuevo episodio de nuestro Podcast JazzTaBueno el cual hemos llamado LADIES.... dedicado a las mujeres de Jazz.

Debajo encontraras el Set List del programa con el respectivo vinculo hacia el video, esperemos que los disfrutes y nos escuches.


Haciendo la radio que tu mereces..... Somos JazzTaBueno....
PuroMelao !

Lady Day y El Saxofonista.

Billie holiday & Lester young
A Billie Holliday la descubrió un productor musical llamado John Hammond. Puso sus condiciones para que ella grabará un disco en 1933 e hizo su debut en 1934 en el Apollo Theater de Harlem, y entre 1935 a 1942 empezó una serie de grabaciones que le dieron un nombre con el pianista Teddy Wilson. Allí conoció a grandes músicos como Buck Clayton, Roy Eldridge y al saxofonista Lester Young. 
Comenzaría también una gran amistad y él le pondría el nombre de Lady Day. Young fue el colaborador más cercano a Holliday e hicieron un dueto fabuloso en extraordinarias interpretaciones. Pero también con el tiempo surgirían problemas en la conducta de la cantante que fueron distanciando dolorosamente a Young de ella.

8 de diciembre de 1.957. En los estudios de Televisón de la CBS, se graba un programa especial: THE SOUND OF JAZZ. En una de las actuaciones  se encuentran de nuevo  Billie Holliday  y el saxofonista Lester Young. No se hablan desde hace años aunque en el pasado como ya fue referido, les unió  una profunda y entrañable amistad. Durante los ensayos no se dirigen la mirada, se evitan. Billie canta el blues “Fine and Mellow”. Llega el turno de Lester. Está enfermo, y a duras penas logra levantarse de la silla. El solo de “Prez” es un emocionado mensaje de amor, tristeza y melancolía. Lady Day contempla a su antiguo amigo y su  rostro, que las cámaras no pueden dejar de enfocar, nos habla del inmenso amor y respeto por la complicidad y cariño, de una nostalgia infinita. No pudieron evitarlo: se abrazaron emocionados y juntos lloraron como en el primer día que se conocieron.

jueves, 14 de mayo de 2020

Escucha nuestro Podcast!

Nuestro Podcast lo puedes escuchar tanto en el Blog, asi como en cualquiera de las plataformas mas importantes de la web. Estamos en Spotify, Apple Podcast,TuneIn, I heart Radio, Ivoox, Mixcloud con mas de 13 mil seguidores, RadioPublic, Pocket Cast, Castbox, Breaker, Stitcher,  colocando en el buscador JazzTaBueno, ademas nos escuchan en paises como Estados Unidos, Colombia, Republica Dominicana, España, Chile, Argentina, Peru y por su puesto que en nuestra Venezuela querida a traves de diferentes Fms.Vinimos a poner orden, somos JazzTaBueno.....Puro Melao.

miércoles, 13 de mayo de 2020

Eric Dolphy, flauta y saxo.

Seis años antes de la muerte de Eric Dolphy, el Jazz de finales de la década de 1950 ganaba un lugar en la historia de la evolución del género. En 1958 Eric Dolphy fue el promotor de búsquedas que se transformaron en tendencias y que permitieron posteriormente pulimentar su música. Es así, que su estilo marcó la influencia de muchos músicos que disfrutaron de ella.

Se convirtió en uno de los músicos del jazz más influyentes y más amados. Brillante con el saxo alto, ayudo también a legitimar la flauta y el clarinete bajo como instrumentos de viento viables en el jazz. Dolphy trabajó en un relativo ostracismo hasta ese 1958 cuando fue descubierto por el baterista Chico Hamilton.

Ganó la atención de la prensa y tocó con Charles Mingus en los sesenta. También se interesó por la fusión del jazz con la música clásica de la "third stream" con John Lewis y Gunther Schuller, así como Ornette Coleman y John Coltrane. En 1961 grabaría, Blues and they abstracto Truth, de Oliver Nelson. Allí tocaría con Freddy Hubbard en primera línea. Pero donde más se le reconoce es en Out to Lunch, grabado en 1964. Fue lo último que grabó. Estando de gira por Europa con Mingus, Eric Dolphy murió repentinamente en Berlín. Contaba en ese momento con 36 años.

martes, 12 de mayo de 2020

Volvimos !!

Dicen que después de un descanso el cuerpo recupera sus fuerzas para seguir adelante. Y nunca un regreso ha sido tan provechoso como éste. JazzTaBueno se ha convertido no solo en una opción para escuchar buena música, sino para enterarse de la movida jazzistica con sus artistas y festivales. Hemos crecido y aprendido en que mientras más ventanas de promoción y difusión para el género tengamos, mayor será el logro del objetivo que nos trazamos. Hoy estamos en varias plataformas que nos permiten llegar a más personas y públicos de otros países. Y esperamos, claro está, seguir en ascenso conquistando más espacios.El Blog que reabrimos para Ud., tiene la firme intención de hacerse indispensable para la consulta y también para escuchar la música especialmente seleccionada para entretenerle, además de los links de los programas y páginas de interés asociadas al jazz en general. Somos un equipo conformado por venezolanos que apuestan por la buena música y novedosas propuestas para enaltecer nuestro espíritu. Así que nuestro deseo es que Ud., lo disfrute al máximo y lo recomiende a quienes también considere que puedan compartir con nosotros la alegría de vivir y disfrutar del jazz. Bienvenidos entonces a ésta oportunidad de volver por los fueros y la puerta grande de JazzTaBueno