martes, 28 de julio de 2020

MAMBO….QUE RICO EL MAMBO



Poco antes de que Pérez Prado compusiera sus primeros mambos, registra una crónica niuyokina que la palabra Mambo se escuchó una noche de 1947 durante una gala dancística de la compañía de Katherine Durham cuando uno de los bailarines, en un silencio, que en el argot artístico se conoce como “bache”, gritó Mambo, como enlace e inspiración para continuar con la presentación de la noche. A su vez  Tío Pancho, cronista artístico de esa época New York, dice que la palabra como tal no tiene un significado específico, refiere que pudo haber sido tomada de algún ritual Vudú o pudiera ser proveniente del Congo; pero que en esencia para el fin artístico tiene otro significado. Y veamos como la describe “es el término más poético para designar una música de orígenes africanos que ha evolucionado sobre el nuevo continente y cuya sensualidad ha seducido a todas las culturas”

Dámaso Pérez Prado la daría a conocer internacionalmente gracias a la proyección que le diera México a través del cine; pero antes de todo eso, Orestes López, violoncellista y contabajista de la Orquesta Filarmónica de La Habana, y de la orquesta de charanga Arcaño y sus maravillas, compuso un danzón llamado Mambo en 1939 para responder a la solicitud que le hicieran unos bailarines cubanos para un paso de baile que habían inventado y tenía como nombre El Boteo. En esa coreografía, en los últimos compases de la pieza, Orestes López insertaba una síncopa con el contrabajo y eso determinó que posteriormente, las orquestas cubanas decidieran hacer arreglos parecidos al de López.

Sin embargo, Dámaso Pérez Prado, a finales de 1947 decidió combinar los descubrimientos musicales de Orestes López junto a otros no menos importantes de quien había modernizado el son cubano, Arsenio Rodríguez, y orquestó todo lo que había estudiado de las teorías del jazz y los arreglos de las Big Band, logrando la fusión que el mundo conoce de ese momento como Mambo, con grito incluido.

En la actualidad para las orquestas de hoy, el mambo es llamado y escrito como la instrumentación o intermezzo después de estrofa y coro, donde los arreglos hacen gala de la armonía y orquestación que ha dispuesto el compositor musical. Sea como fuere su origen, el Mambo es otro de los tantos aportes que ha hecho el Caribe para el mundo en su historia musical.

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