sábado, 4 de julio de 2020

El loco mundo del jazz


Tras las conocidas melodías de las estrellas del jazz, de los años cuarenta y cincuenta, a menudo parece esconderse la sombra de una vida tormentosa. Adicción a las drogas, abusos o trastornos mentales son algunas de las facetas que escondieron los músicos de la época dorada (entre 1945 y 1960).

Las biografías de 40 figuras renombradas del jazz han servido como base para el estudio realizado por el psicólogo Geoffrey Willis. Los resultados mostraron que el brillo de estas estrellas poseía un cierto matiz. Los artistas presentaron una probabilidad ocho veces mayor de sufrir algún tipo de drogodepencia y eran cuatro veces más propensos a sufrir trastornos del ánimo.

En cuanto a la adicción a las drogas, más de la mitad de los 40 músicos estudiados estuvieron 'enganchados' a la heroína. En este sentido, el doctor Wills apunta que el uso de heroína se generalizó entre estos artistas debido a la abundante circulación de esta sustancia entre la población negra.

"El Jazz moderno era una música revolucionaria que no era muy aceptada por la audiencia. La heroina, como la música, era un elemento revolucionario", explica el autor del estudio publicado en 'British Journal of Psyciahtry'.

La cocaína también tuvo una presencia relevante en las vidas de algunos de ellos, como MiIles Davis, Art Pepper o Bill Evans. Y no faltó el alcohol, puesto que 11 artistas afirmaron ser dependientes.

En algunas ocasiones la familia también jugó un papel que pudo perjudicar la estabilidad de los artistas. Los padres del saxofonista Art Pepper, por ejemplo, sufrieron problemas de alcoholemia, y la madre de Stan Getz padeció depresión.

Seis casos de abuso y un gran número de suicidios son otros de los elementos a sumar a esta lista de adicciones y sufrimientos escondidos. Sin olvidar los trastornos mentales de algunos músicos, como es el caso de Miles Davis, quien sufría alucinaciones que llegaron a tener un matiz paranoico, o de Bud Powell, que fue diagnosticado de esquizofrenia. Art Pepper, por otro lado, padecía un trastorno obsesivo compulsivo y tenía fobia a la sangre y a responder al teléfono.

El doctor Wills añade que la clave de este nuevo estudio es la vulnerabilidad que presentan estos músicos y que es comparable a la sufrida por otros artistas y escritores. Pero, subraya que esto "no quiere decir que todos las estrellas del jazz estén locas", igual que tampoco lo están todos los integrantes del mundo artístico.


Fuente : Elmundo.es

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